Empecé a quererte exactamente cuando llamaste para decir que me dejabas. De hecho, fue en ese preciso momento cuando olvidé el amor que sentía antes, me olvidé de la ternura y del sexo, de tu lengua... Me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que es el amor. Descubrí... que no te había querido nunca.
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