miércoles, 15 de junio de 2011

Agarro el timón.

Se acabó. Y como siempre se dice, después de la tormenta llega la calma. Bueno, pues ya está. No hay rastro de ella. Hoy es un nuevo día con una nueva página que escribir. He odiado y odio dejar esa página a medias, sin una historia que terminar, sino que simplemente ni se empezó. He estado perdida muchos días a la deriva,pero hoy tengo que centrarme en el resto de la tripulación, en los que han estado ahí cuando el barco se venía abajo y han sacado agua de lo más
profundo de éste para que no se hunda. Hoy me toca pensar ami, y ser yo quien vuelva a agarrar el timón para ser yo quien dirija el barco,mi vida. No depender de nadie. ¿Ni quiera un poco? Pero él... Dudas, dudas,dudas. No, hoy no. Hoy me toca ver que se ha acabado,que no hay vuelta a atrás y que yo no voy a ser quien retroceda. No. El agua de ahí fuera parece muy tentadora, pero no merece la pena probarla. Después de todo,es agua de mar, y la sal sólo te provocará más sed. 


- En fin, adelante entonces. Pongámonos en marcha.
- ¿Con rumbo a dónde? 
- No tantas preguntas...

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